Una alimentación saludable se define como aquella satisfactoria, suficiente, completa, equilibrada, armónica, segura, adaptada al comensal y al entorno, sostenible y asequible.

RECOMENDACIONES

• Se aconseja un consumo mayoritario de frutas frescas y hortalizas del tiempo, legumbres, frutos secos, cereales integrales (arroz, pasta, pan, etc.), tubérculos como la patata y el aceite de oliva virgen.
• En menor cantidad y frecuencia, lácteos, pescado y huevos, seguido de carnes (preferentemente blancas y magras).
• El agua es la bebida principal y la más saludable.
• Se aconseja reducir el consumo de bebidas azucaradas, zumos, embutidos y carnes procesadas, patatas chips y otros snacks fritos y salados, golosinas, bollería, galletas, etc., por su contenido de azúcar, sal y grasas malsanas.
• El tamaño de las raciones varía según la edad y necesidades individuales, y es conveniente, sobre todo en los niños, que las cantidades se adecuen a la sensación de hambre expresada.
• La comida sana también es comida segura.
• Comprobar las etiquetas y la caducidad de los alimentos.
• Tener un estilo de vida activo que incluya salir de casa, subir escaleras, bailar o practicar algún deporte y mejor si se puede hacer en compañía y al aire libre.

ATENCIÓN:

Existen algunas enfermedades neurológicas y algunos medicamentos que necesitan unas recomendaciones específicas. Consulta a tu profesional sanitario.